1618. Jaime Bleda, «Crónica de los Moros de España» (Bivaldi). El predicador general de l'Orde dels Predicadors, «calificador de la Inquisición de Valencia», retratà costums i maneres de ser dels seus menyspreats compatriotes, de manera tan fidedigna com menyspreativa, fins i tot amb una precisió lingüística: no parlaven espanyol, sinó que deien matalassets. Ses paraules són com ganivets esmolats; només s'oblidà -ves per on- de dir l'estat de misèria i semiesclavitud en què se'ls havia obligat a viure durant segles: «Eran los moriscos una gente vilissima, descuydada, enemiga de las letras y sciencias ilustres, compañeras de la virtud y por consiguiente agena de todo trato urbano, cortés y politico. Criaban sus hijos cerriles como bestias, sin enseñança racional y doctrina de Salud. A las cosas de la Christiandad acudian forçados con penas y multas compelidos por los Curas y Alguaziles. Eran torpes en sus razones, bestiales en su discurso, bárbaros en su lenguaje, ridiculos en su traje, yendo vestidos por la mayor parte con greguesquillos, ligeros de lienço, de estameña azul o otra cosa valadí, al modo de marineros, y con ropillas de poco valor y mal compuestos adrede y las mujeres de la propia suerte con su corpeziti de color, y una saya sola de forraje amarillo, verde o azul, andando en todos tiempos ligeras y desembaraçadas, con poca ropa, casi en camisa, pero muy peynadas las jouenes, lauadas i limpias. «Eran vrutos en sus comidas, comiendo siempre en tierra recostados, segun rito de Iudios por mandado de Mahoma, sin mesa, no otro aparejo que oliesse a personas, mas que una estera y quando mucho unos manteles. Dormian de la misma manera, de ordinario en el suelo, en transpontines, almadrabas que ellos dezian en Aragon y en el Reyno de Valencia 'matalasets'. Y aunque no les faltaban sus camas muy grandes, y anchas quando estauan enfermos, no se ponian en ellas, sino en sus cozinas iacian en un transpontinillo, y con un jarro de agua al lado, sin otra medicina mas que dieta, y con esto curauan de sus calenturas. Nunca se sangravan ni purgavan, ni llamavan los medicos, aunque auia algunos de su nacion y assi, viuian los 80, 90 y 100 años. Tenian cirujanos que con unguentos hazian maravillosas curas. «Comian cosas viles, que hasta en esto ha padecido en esta vida por juicio del Cielo, como son frefas de diuersas harinas, de legumbres, lantejas, panizo, avas, mijo y pan de lo mismo y de Alcadia. Con este pan los que podian juntauan passas, higos, arrope, miel, leche y en el Reyno de Valencia cada dia comian arroz. Eran grandes amigos de frutas y ortalizas. Hartavanse de pepinos, berengenas y melones, y despues de jarros de agua, sin que les dañasse. No esperavan que la fruta estuviesse muy sazonada, verde la comian. Gastauan poco en el comer. Sus carnes ordinariamente eran de cabra, de oveja. Eran grandes amigos de pescados secos y baratos, de abadejo, caballa y sardinas y de ensalada cruda. Gastauan mucho aceyte y con el freyan la cabra. «Eran muy amigos de burlerias, cuentos y nouelas. Y sobre todo amicissimos de bayles, danças folaçes, cantarzillos, aluadas, passeos de huertas y fuentes, y de todos los entrenimientos bestiales, en que con descompuesto bullicio y griteria suelen yr los moços villanos vozinglando por las calles. Tenian comunmente gaytas y dulzaynas, laudes, sonajas, cadufes. Vanagloriauanse de baylones, corredores de toros y de otros hechos semejantes de gañanes. Eran dados a oficios de poco trabajo, texedores de lino, sastres, sogueros, alpargateros, olleros, çapateros, albeytares. Eran grandes maestros de enseñar andadura a las bestias. Empleauanse en traginar, imitando a su archirecuero Mahoma. «Eran hortelanos y reuendedores de azeyte, pescado, miel, passas, azucar, lienços, hueuos, gallinas. Tenian oficios que podian discurrir por las tierras, registrando lo que passaua entre los Christianos, y matando muchos dellos con todigos endemoniados que ponian en las cosas de comer que vendian. Estauan de ordinario ociosos, vagabundos, yuan por el campo hechos unos salvajes y Alaraues. En el invierno estauan echados al sol hablando y disputando de las alimañas, qual rocin tenia mayor passo y andadura y de otras cosas assi, siempre con griteria, bezeando. Muy pocos dellos tratavan en oficios de metal o yerro, o en piedras o maderas, excepto que tenian algunos herradores para su comun, por el grande amor que tenian a sus respetados machos, y para hazer hoces almaradas, achuelas armas que tenian siempre a mano. «Eran entregadíssimos sobre manera al vicio de la carne, de suerte que sus platicas dellos y dellas y sus conuersaciones y todas sus inteligencias y diligencias eran tratar desso, no guardandose lealtad unos a otros, ni respetando parientes a parientes, sino lleuandolo todo a rienda suelta y tan sin miramiento a ley natural ni Diuina que usauan todo incesto, y entre ellos no se tenia por pecado ni por infamia estar amigadas las mugeres con sus cuñados; y para ello tenian licencia de sus maridos. Casavan sus hijos de muy tierna edad, pareciendoles que era sobrado tener la hembra onze años, y el varon doze para casarse. De la dote dellas, no se fatigavan, antes ellos las dotavan con la mitad de su hazienda, que era propiamente comprallas para tener sobre ellas todo el dominio que le concedió Mahoma como en possession suya. Atendian mucho a crecer y a multiplicarse, en numero como las malas yerbas. «Ninguno dezeaua de contraer matrimonio, porque ninguno seguia el estado annexo a la esterilidad degeneracion carnal, poniendose fraile, ni monja, ni hauia continente alguno entre ellos, hombre ni mujer, señal clara de su aborrecimiento con la vida honesta y casta, todos se casavan pobres y ricos, sanos y coxos, no reparando como los christianos viejos, si un padre de familias tiene cinco o seis hijos con casar dellos el primero o la mayor dellas se contenta, procurando que los otros sean Clerigos o Monjas o Frayles o Soldados, o toman estado de Beatas y continentes. Sus tratos eran como de hijos y familiares de Satanas (qui in veritate non stetit) en todo mentirosos, cautelosos; nascian con la mentira en la boca y con el hurto en la mano. Huvo dellos en Aragon infinitas bruxas y en todas partes hauian grandes hechizeros». |
2009. Dolors Bramon, «L'expulsió dels moriscos», Butlletí de la Societat Catalana d’Estudis Històrics, núm. XX, p. 69-81. Cliqueu ací. La tria dels Alfacs com a lloc d'embarcament fou adequat per tota una sèrie de raons. Famílies de Fraga i Mequinensa, d'Aitona i Seròs, de Lleida i de les Terres de l'Ebre, amb un total aprox. de 4.000 persones. |
2009. Dolors Bramon, «L'expulsió dels moriscos», Butlletí de la Societat Catalana d’Estudis Històrics, núm. XX, p. 69-81. Cliqueu ací. La penosa fugida dels moriscos pel Pirineu, i la complicada rebuda a Orà. |
1612-13. Embarcament dels moriscos a Vinaròs,
de Pere Oromig i Francesc Ribalta.
Detall dels moriscos, expectants de la seua sort, a les platges de Vinaròs i els Alfacs.
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2009. Dolors Bramon, «L'expulsió dels moriscos», Butlletí de la Societat Catalana d’Estudis Històrics, núm. XX, p. 69-81. Cliqueu ací. Estralls demogràfics de l'expulsió dels moriscos catalans i aragonesos al 1610. |
1612-13. Embarcament dels moriscos a Vinaròs,
de Pere Oromig i Francesc Ribalta.
Detall de l'exposició dels quadres d'aquesta sèrie pictòrica que en permet apreciar l'enorme mida del llenç.
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2009. J.F. Mira, «Vida i final dels moriscos valencians», Bromera. Imprescindible. |